Tocará con la yema de sus dedos el timbre del alma, le abriremos con una mezcla de pereza y alivio, y seguirá su camino. Entonces calentaremos el café de la rutina, nos vestiremos el traje de la sonrisa amable, en el mejor de los casos si está planchada, y tenderemos a dejarnos llevar.
Tenderemos a pensar lo que no se ha de pensar.
Tenderemos a tender los pantalones del revés.
Tenderemos a tener mas de lo que se es.
Tenderemso a ponernos el jersey con la etiqueta por delante.
Mañana, cuando la vida toque al timbre de tu despertador, no saques el traje de la sonrisa planchada y prueba a tender a sonreir con el alma desnuda, a ver que pasa.....