Añorar un tiempo. Querer.
Temer encontrar por temer sentir.
Aspirar a tener el control de ti mismo para evitar que la otra parte de tu ser se apodere de ti y vuelva a suceder.
Planear palabras, gestos, movimientos, distancias.
Evitar contacto previo por no caer en la tentación del recuerdo y volver a repetirlo.
Momento clave. Frente a frente. Mente a mente.
Sentir que el corazón tiene vida propia y parece que desea vivirla fuera de ti.
Mirada perdida, evitar contacto visual.
Intento absurdo de mantener una calma que hace tiempo se independizó sin contar contigo.
Sospechar del posible fallo en el plan y temblor de piernas.
Recapitular, entre miradas perdidas, el plan trazado.
Intento de ejecutar el primer paso, fallido.
Intento de ejecutar el segundo paso, fallido.
¿Que plan?
Absurda palabra sale de tu boca.
Sonrie.
Sonríes.
Mirada directa, irreparable fallo.
El plan sonríe desde la terraza del bar de en frente, disfrutando cervecita junto con tu calma.
Fallada la planificación, búsqueda en el bolsillo de atras de algún pedazo de improvisación.
Nada.
Segunda mirada directa, esta vez, al alma.
Corazón llamando a la puerta con los nudillos blandos pero con intensidad extrema.
No plan, no gestos, no distancia de seguridad, no palabras.
Sonríe. Espera.
Trato desesperado de no volver a repetir aquello de la otra vez.
Intento fracasado.
Caos en cuerpo y mente.
De nuevo vuelve a empezar a suceder.
Sin plan, sin estrategia, sin más...
..Vas a tener que empezar a tirar de sentimientos.
(De Plan a Amor)